¿Cómo saber si mi hijo/a tiene problemas de integración sensorial?

Tal vez no conozcas el término “integración sensorial”, pero, como padres, es posible que llegue el momento en el que os paréis a pensar acerca del desarrollo o conducta de vuestro/a hijo/a, ya que, puede ser que hayáis observado ciertos comportamientos que os llamen la atención y no tengáis respuesta justificable para ellos.

Como profesionales, es muy común escuchar en las primeras entrevistas comentarios como: “mi hijo/a está siempre enfadado/a”, “le molestan mucho los ruidos”, “llora por cualquier cosa”… ¿os suena esto?

¿Qué pasa si os digo que puede ser que exista un problema en la integración sensorial que dificulte el camino para que vuestro/a peque alcance un desarrollo óptimo?

En este post os presentamos algunas señales de alarma que pueden ayudar a identificar si existe un problema de este tipo, pero primero de todo…

¿Qué es eso de “integración sensorial”?

La integración sensorial es el proceso a través del cual nuestro sistema nervioso central recibe todas aquellas sensaciones procedentes de los sentidos, las interpreta y organiza para producir una respuesta adaptativa. De esta forma, podríamos decir que, para responder de una forma adecuada a las demandas del entorno, necesitamos un buen procesamiento sensorial.

Cuando este proceso se ve afectado, podemos hablar de desórdenes o problemas de integración sensorial y puede llegar a dificultar todos los ámbitos de la vida de vuestro/a niño/a.

¿Cuáles son las señales que nos indican que puede haber un problema de integración sensorial?

En ocasiones, las dificultades de integración sensorial se pueden observar desde una edad muy temprana. De esta forma, cuando los niños son bebés, podemos observar algunos signos de alarma como pueden ser los siguientes:

  • Bebés que son muy irritables y que no se calman con facilidad.
  • Son muy nerviosos y lloran mucho.
  • Se muestran poco activos: no gatean, no muestran interés por el entorno, no se mueven mucho.
  • Presentan muchos problemas a la hora de hacer la transición a los alimentos sólidos.
  • Selectividad alimentaria.
  • Suelen caerse y tropezarse frecuentemente.
  • Empiezan a caminar más tarde de lo habitual.

Por otra parte, los problemas de integración sensorial pueden mostrarse cuando el niño va avanzando en edad y se pueden observar ciertas señales como las siguientes:

  • En relación a la escritura, por ejemplo, pueden apretar con demasiada fuerza el lápiz o por el contrario, puede hacer trazos demasiado flojos.
  • Rechazan ciertas texturas como puede ser: plastilina, pintura de dedos, arena…
  • No se da cuenta de que se ha manchado.
  • Reaccionan muy intensamente a los sonidos fuertes, de tal manera que podemos observar a un/a niño/a que huye de éstos o que se lleva las manos a los oídos.
  • Tiene un equilibrio pobre, se choca contra objetos.
  • Alimentación selectiva.
  • Rechaza actividades como: montar en bicicleta, ir en patines, subir a los columpios o al tobogán, pues se siente inseguro/a.
  • Busca actividades sensoriales más intensas como: trepar por los árboles, chocar contra objetos adrede, dar muchas vueltas sobre sí mismo/a.
  • Muestra irritabilidad cuando alguien lo toca.
  • Poca tolerancia a la frustración o problemas de autoestima.

¿Qué puedo hacer como padre o madre si mi hijo/a presenta estas dificultades?

Me gustaría dejaros a continuación y, a modo de despedida de este post, algunas recomendaciones que vosotros, como padres y madres, podéis llevar a cabo en caso de encontraros con estos signos de alarma:

  • Acudir a un/una terapeuta ocupacional con formación en integración sensorial, pues es el/la profesional especializado/a en este tipo de problemas.
  • Comenzar la intervención lo antes posible y con la frecuencia adecuada.
  • Demostrarles cariño y compresión.
  • Ofrecer una mirada más respetuosa hacia ellos: no debemos “etiquetar” su conducta, pues no lloran, se quejan o se muestran irritables porque les apetezca; algo está ocurriendo y es muy probable que la parte sensorial esté influyendo en ello.

En resumen, si observas en tu hijo/a alguno o varios de los indicadores comentados anteriormente es importante contactar con un Terapeuta Ocupacional formado en integración sensorial, pues es posible, que el desarrollo de tu peque se pueda ver afectado.

Laura Bernal García.

Terapeuta Ocupacional.

SERENDIPIA. Centro de Terapias y Formación.