Aparte del origen cristiano de la Navidad, esta fiesta ha ido mezclando su carácter religioso con la tradición de convivencia familiar, debido en gran medida a la popularidad de esta celebración. Convirtiéndose, en parte, en una fiesta consumista en la que la tradición y las relaciones familiares se han quedado en un segundo plano. Por ello, es importante recoger algunas cosas que nos permitan centrarnos en nuestro tiempo en familias.
Por ello, es importante tener en cuenta que las vacaciones de los hijos han de compatibilizarse con pasar tiempo con ellos y no sólo dejarlo a estar delante de las pantallas, el dejar a los niños sin supervisión porque los padres siguen trabajando y no tienen tanto tiempo. Es un momento para compartir y es importante que lo hagamos en familias.
Así, que presentamos algunas ideas para despojarnos durante estas fechas del ajetreo, el correcalles y el afán de consumir, no solo en las compras, sino actividades y otras cosas. Para dar paso a un contexto de bienestar familiar donde primen las relaciones humanas con las personas de nuestro entorno y nuestras familias.
Existen diversas fórmulas para comenzar a vivir la Navidad de otra manera, diferente a lo que nuestros hijos están acostumbrados en estos últimos años.
- Debemos intentar crear tiempo y espacio para las tradiciones familiares: preparar juntos los típicos dulces y comidas navideñas, reunirse para la decoración y preparación de la casa, escucha y aprendizaje de villancicos, y todo aquello que creamos conveniente y beneficioso para nuestros hijos.
- Estar pendiente de las personas que necesitan. Es un ejemplo importante de empatía y de educación. Es un momento para compartir con nuestros hijos el dar y percibir a las personas que más lo necesitan. Una manera de estar pendiente del otro. Los niños y adolescentes de hoy en día reciben y reciben y es un momento para enseñarle el dar y compartir.
- Comprar menos, sólo lo necesario, utilizar el comercio justo. Una buena receta para combatir el consumismo excesivo de la época, aparte de comprar menos que es los más importante, intentar comprar productos nacionales, ecológicos y practicar el comercio justo. Y, sin duda, no “avasallar” a los hijos con regalos y con detalles; aprender a dosificar.
- Apaguemos las pantallas por un rato. Tener más tiempo para disfrutar de la Navidad, es importante sacarlo de las actividades poco productivas que realizamos durante el día. Aprender a ser consciente del tiempo que nos tenemos para disfrutar de actividades familiares o realizar los preparativos e, incluso, actividades en familia.
- Regalos personalizados. Aunque resulte más complicado y trabajoso, que comprar el último modelo de videoconsola, móvil, o detalles ostentosos, es de gran satisfacción hacer regalos que tengan un significado importante para la otra persona.
- Uno de los regalos más importantes que podemos hacer a nuestra familia es el regalo del tiempo. Tiempo para compartir todos juntos en actividades que nos sean satisfactorias. Buscar espacios para compartir, para disfrutar y para hacer cosas conjuntamente y planificadas con todos
Cualquier profesional especialista en el trabajo con familia aseguraría que compartir tiempo, espacio, aficiones y, en general, tiempo libre es un factor de protección para cualquier problemática que pudiera surgir con nuestros hijos. Dedicarles un tiempo es el mejor “medicamento” para poder resolver cualquier problema. Pero ese tiempo tiene que ser un tiempo de calidad y de relación; aprender a estar con ellos es una estrategia de aprendizaje que nos ayudará a desarrollar las capacidades en la resolución de conflictos y en la mejora de las relaciones familiares.
El tiempo de ocio que se puede vivir en familia se considera un tiempo y un espacio privilegiado para educar y socializar: no sólo realizamos actividades que generan un bienestar y un disfrute compartido, sino que también fortalecemos lazos, ejercitamos habilidades de comunicación e interacción y creamos un estilo de vida. En suma, fomentamos y fortalecemos la relación familiar y un estilo de ocio saludable, en la familia y en cada uno de sus miembros.
Con todo, esperamos que disfrutéis de estos días, sigáis aprendiendo de vuestros hijos y vuestros hijos de vosotros. Y que sea un tiempo de acompañar, compartir y disfrutar.
FELICES FIESTAS Y PRÓSPERO AÑO.
SEGUIR CUIDANDO VUESTRAS RELACIONES.
Gabriel González Ortiz.
Psicólogo
SERENDIPIA. Centro de Terapias y Formación.